El Wi-Fi se ha vuelto tan esencial para la vida moderna como la plomería y la electricidad, algo que a menudo damos por sentado pero que es indispensable en nuestras rutinas diarias.
¿Qué lecciones podemos aprender de los 25 años de existencia de la Wi-Fi Alliance?
El Wi-Fi se ha vuelto tan esencial para la vida moderna como la plomería y la electricidad, algo que a menudo damos por sentado pero que es indispensable en nuestras rutinas diarias. En el corazón de esta historia de éxito global se encuentra la Wi-Fi Alliance, que celebró su 25 aniversario este año, un hito que realmente vale la pena celebrar.
He tenido la suerte de formar parte de este viaje, trabajando junto a otras personas que comparten una visión de conectividad ubicua que ayudó a guiar el desarrollo de la Wi-Fi Alliance.
La necesidad de un enfoque unificado y de estándares globales
Los orígenes de Wi-Fi se remontan a principios de los años 90, cuando varias empresas comenzaron a experimentar con tecnologías de comunicación inalámbrica. El estándar IEEE 802.11, que sustenta Wi-Fi, comenzó a ganar impulso y, a finales de los años 90, era evidente que se convertiría en la base de las redes de área local inalámbricas (LAN). En ese momento, Nokia estaba muy involucrada en la exploración de múltiples tecnologías inalámbricas que eventualmente posicionarían a Nokia como un contribuyente clave para el desarrollo futuro de Wi-Fi. En Nokia siempre creímos en múltiples tecnologías. No hay una solución única que pueda adaptarse a todos los casos, y es por eso que invertimos en LAN inalámbricas desde el principio.
Sin embargo, el estándar IEEE 802.11 inicial no definía cómo probar y garantizar la compatibilidad de las tecnologías. En respuesta a ello, en 1999 se creó la Wireless Ethernet Compatibility Alliance (WECA), que en 2002 pasó a llamarse Wi-Fi Alliance. El papel de la Alliance no era el de ser simplemente una organización de estándares, sino un organismo colaborativo en el que las empresas contribuyeran a impulsar el Wi-Fi.
En 1999, la Declaración de Misión de WECA fue: “… certificar la interoperabilidad de los productos de redes inalámbricas IEEE 802.11 de alta velocidad y promover ese estándar para las empresas, las pequeñas empresas y el hogar”. No se trataba solo de asegurarse de que los dispositivos funcionaran, sino de garantizar que los dispositivos de diferentes fabricantes pudieran funcionar juntos sin problemas.
Garantizar la interoperabilidad
Uno de los mayores desafíos fue la armonización de estándares entre regiones. En ese momento, las empresas estaban experimentando con sus propios estándares y Nokia estaba trabajando en una versión europea de LAN inalámbrica. El objetivo era crear un estándar global y eso implicaba superar desafíos importantes, especialmente en el ámbito de la asignación de espectro. Abrir la banda de 5 GHz para uso global se convirtió en una prioridad, sabiendo que el tráfico Wi-Fi crecería exponencialmente. Esta fue una decisión estratégica para Nokia, ya que sabíamos que Wi-Fi transportaría una cantidad cada vez mayor de tráfico en el futuro.
Los obstáculos regulatorios también fueron importantes, ya que las industrias estaban preocupadas por las posibles interferencias de radio. Recuerdo largos debates sobre la coexistencia, especialmente en Europa, donde se habían instalado muchos sistemas antiguos, incluidos los de defensa. Cada paso adelante se enfrentaba a un debate.
Lo más importante es que la creación de un estándar global no fue solo una cuestión de la visión de una empresa. La Alianza se construyó a partir del trabajo de muchas personas; la participación no se basó en el tamaño de una empresa, sino en el mérito de las contribuciones individuales. En los primeros días, pequeños grupos de 20 a 30 personas de ambos lados del Atlántico trabajaban juntos para alcanzar el mismo objetivo.
Wi-Fi: un nombre para conectar todo
Afortunadamente, la elección de un nombre para el nuevo estándar fue una tarea más sencilla. En la feria comercial Networld/Interop de 1999 en Atlanta, presentamos “Wi-Fi”, un término inspirado en “Hi-Fi”, y de inmediato tuvo eco sobre otros nombres potenciales como Torchlight, Skyway y Dragonfly. Dudo que cualquiera de nosotros en ese entonces pudiera haber imaginado que el nombre se volvería tan familiar como lo es hoy, una marca sinónimo de uno de los avances tecnológicos más impactantes de nuestro tiempo.
Conectando con el futuro
La participación de Nokia en la Wi-Fi Alliance no sólo benefició a la empresa: la estandarización global abierta promovida por la Wi-Fi Alliance ayudó a fomentar un mercado competitivo, que a su vez impulsa la innovación.
Hoy en día, el Wi-Fi es crucial para descargar el tráfico móvil y desempeñará un papel clave en la IoT y las ciudades inteligentes del futuro. Estoy entusiasmado con su potencial para expandir la conectividad, especialmente en áreas remotas. La reciente apertura de la banda de 6 GHz parece una progresión natural de nuestro trabajo de hace años para abrir el espectro de 5 GHz. No podríamos haber predicho lo vital que llegaría a ser el Wi-Fi, y estoy orgulloso de que siempre hayamos presionado para obtener nuevas bandas y una adopción más amplia.
De cara al futuro, se espera que Wi-Fi continúe dominando la comunicación inalámbrica, especialmente con nuevos estándares como Wi-Fi 6 y Wi-Fi 7.
Cuando todos tienen voz, las buenas ideas salen a la luz
Una de las razones principales por las que la Wi-Fi Alliance ha tenido éxito durante 25 años es su naturaleza colaborativa. La Wi-Fi Alliance es un recordatorio de que ninguna empresa puede construir un ecosistema tecnológico por sí sola. Se necesita una cooperación global en la que las contribuciones se valoren en función de su calidad, no del tamaño de la empresa que las respalda. Si bien los miembros de la junta directiva de las empresas más grandes pueden tener más influencia en algunas áreas, cuando se trata del trabajo técnico, la credibilidad y las contribuciones significativas tienen más peso.
Esta cultura de apertura y colaboración en el trabajo técnico es lo que hace que la Wi-Fi Alliance funcione tan bien: todos tienen voz y las buenas ideas llegan a la cima.
Es importante destacar el respeto y la cooperación que impulsan el progreso. El enfoque de la Wi-Fi Alliance de reconocer las contribuciones de todos los miembros, dar cabida a diferentes opiniones y trabajar de forma flexible ha llevado a su éxito continuo. En muchos sentidos, es un modelo de cómo debería funcionar la cooperación global. Estoy agradecido de haber sido parte de su recorrido. La historia de Wi-Fi no es solo una historia de éxito tecnológico; es un testimonio de lo que se puede lograr cuando las personas trabajan juntas en pos de una visión compartida.
El mundo entero podría aprender una lección o dos de la Wi-Fi Alliance, de 25 años de existencia. NOKIA Blog. M. K. Traducido al español