De todos los lugares, Suiza – el país más innovador del mundo – sufre de una escasez de nuevas tecnologías digitales que llegan al mercado en el sector de la salud. Investigadores de ETH Zurich han estado investigando cómo las innovaciones pueden desarrollarse de manera responsable e implementarse más rápido.
En resumen
- Las tecnologías digitales tienen el potencial de impulsar avances significativos en la atención médica, pero su introducción se ve obstaculizada por un proceso de aprobación lento e inflexible.
- Los investigadores de ETH abogan por un entorno regulatorio más flexible y el establecimiento de un nuevo centro de competencia para la salud digital con el fin de proporcionar un apoyo más específico para la innovación.
- Si bien la industria es muy consciente de la protección de datos y la seguridad del paciente, a menudo pasa por alto cuestiones éticas más complejas, como la imparcialidad de los algoritmos.
Los cálculos de la consultora McKinsey revelan que si Suiza aprovechara al máximo el potencial de la digitalización en la atención médica, podría ahorrar CHF 8,2 mil millones al año, lo que corresponde a poco menos del 12 por ciento del gasto en atención médica.
Sin embargo, junto con estas oportunidades, la digitalización también plantea riesgos éticos –, incluso en relación con el uso de la inteligencia artificial (IA). Si los sistemas de este tipo no están entrenados con datos suficientemente diversos, pueden discriminar a ciertos grupos de pacientes.
Además, cualquier persona que busque llevar una nueva tecnología de salud al mercado en Suiza debe estar preparada a largo plazo, ya que el procedimiento de aprobación es complejo y requiere mucho tiempo. No es de extrañar, por lo tanto, que tecnologías innovadoras como el diagnóstico impulsado por IA o la gestión del tratamiento con dispositivos portátiles a menudo aparezcan en el mercado en otros lugares – como en los Estados Unidos, cuyo proceso de aprobación es más eficiente.
En los últimos años, investigadores del Health Ethics & Policy Lab de ETH Zurich han estado investigando cómo las innovaciones digitales en el sector de la salud pueden desarrollarse e implementarse de manera responsable. Como parte de un hoja de ruta, los investigadores han compilado recomendaciones para los responsables políticos.Abierto todo
Las recomendaciones clave incluyen:

“Necesitamos un centro de competencia para la salud digital”
ETH News: Profesor Vayena, usted dirigió el estudio y se ocupa de las tecnologías de salud digital en su trabajo diario. ¿Qué nivel de conciencia hay de los problemas éticos en el sector?
Effy Vayena: La conciencia está ahí, particularmente en términos de protección de datos y seguridad del paciente. Todavía hay margen de mejora cuando se trata de cuestiones más complejas, como si los algoritmos son justos o podrían reforzar las desigualdades sociales. Sin embargo, los problemas éticos surgen no solo durante la fase de desarrollo de un producto, sino también a medida que los productos se mueven al mercado. En la actualidad, el proceso de acceso al mercado en Suiza es engorroso y no se adapta bien a las innovaciones digitales.
¿Por qué es eso un problema?
No hace falta decir que las autoridades no pueden permitir que un producto inseguro entre en el mercado. Al mismo tiempo, sin embargo, las innovaciones seguras y socialmente valiosas no deberían estar sujetas a retrasos innecesarios. Estoy hablando de productos que benefician a los pacientes o que permiten mejoras en la eficiencia, reduciendo así los costos de atención médica. Los ejemplos incluyen soluciones de IA para médicos y hospitales o dispositivos portátiles para administrar terapias. Sin embargo, el procedimiento actual de acceso al mercado para tales aplicaciones es lento en Suiza.
¿Cómo se puede mejorar este proceso?
La tecnología avanza a un ritmo rápido, particularmente cuando se trata de IA. Necesitamos un proceso eficiente de acceso al mercado que se adapte rápidamente y que, por lo tanto, pueda seguir el ritmo de los avances tecnológicos. Nuestro trabajo reunió a toda la gama de partes interesadas: ingenieros, inversores, médicos, representantes de pacientes y reguladores. Juntos, discutimos la idea de una regulación ágil e hicimos propuestas concretas. Esto incluye, por ejemplo, enfoques experimentales como entornos de prueba aislados, que permiten probar nuevas tecnologías de manera segura y actualizar las regulaciones de forma continua. Por lo tanto, se puede promover la innovación sin descuidar la seguridad del paciente o las normas éticas. Esto permite que la innovación ocurra no solo en la tecnología sino también en el proceso regulatorio.
¿Cómo podría ser la regulación ágil en la práctica?
Proponemos establecer un centro de competencia para la salud digital – basado en las autoridades reguladoras existentes y aprovechando la experiencia interdisciplinaria del mundo de la medicina, la ética, la tecnología y el derecho. Un centro de este tipo allanaría el camino para una colaboración más intensa entre reguladores, ingenieros y científicos. Mientras que, en la actualidad, los innovadores no comienzan el procedimiento de acceso al mercado hasta que tienen un producto terminado, este tipo de centro permite a los innovadores y reguladores comenzar a colaborar durante el desarrollo del producto. Por lo tanto, el desarrollo tecnológico y la regulación podrían proceder al mismo ritmo. Esta sería una gran oportunidad para Suiza, permitiendo que el país desempeñe un papel de liderazgo y trace su propio rumbo. Los beneficios se extenderían más allá de la industria y el sistema de salud; los pacientes ganarían significativamente y con ellos todos nosotros. ETH Zürich. F. B. Traducido al español