En este episodio de In Stanford, la profesora asistente de GSE, Dora Demszky, analiza cómo se pueden usar los chatbots para brindar retroalimentación a los docentes.
Si bien se ha dicho mucho sobre los posibles efectos positivos y negativos de la inteligencia artificial (IA) generativa en la educación en relación con los estudiantes, se ha dicho menos sobre cómo se pueden utilizar las herramientas de IA para apoyar a los docentes.
Dora Demszky, profesora adjunta de la Escuela de Educación de la Universidad de Stanford (GSE), cuya investigación combina el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural, la lingüística y los aportes de los educadores, está trabajando actualmente en un proyecto llamado M-Powering Teachers.(link externo)que proporciona retroalimentación a los profesores en el aula.
“Realmente se basa en la idea de que queremos empoderar a los docentes”, dijo Demszky, quien enseñó ciencia de datos educativos en la GSE. “No estamos tratando de decirles qué hacer. Solo les brindamos oportunidades para que reflexionen sobre lo que hicieron”.
La herramienta M-Power (la m significa máquina) utiliza el procesamiento del lenguaje natural para analizar las interacciones verbales en el aula y proporciona retroalimentación formativa a los docentes.
“Gran parte de la retroalimentación consiste simplemente en brindarles cosas que hicieron, destacar cosas y momentos de su lección para que reflexionen y hacerles buenas preguntas de reflexión y de establecimiento de objetivos para que haya menos posibilidades de riesgos o errores”, dijo.
Demzsky se une a los anfitriones Dan Schwartz, decano de GSE, y Denise Pope, profesora titular en School’s In, para hablar sobre la inteligencia artificial como herramienta de retroalimentación positiva y apoyo para los educadores. Su investigación se centra en el desarrollo de métodos de procesamiento del lenguaje natural para respaldar una instrucción equitativa y centrada en el estudiante.
En el episodio, explica cómo su equipo está tratando de identificar prácticas como cultivar una mentalidad de crecimiento, usar un lenguaje de apoyo y desarrollar las ideas de los estudiantes como puntos focales para la retroalimentación de los docentes y el aprendizaje profesional.
“Sabemos por la literatura, por décadas de literatura, que cuando los estudiantes se sienten escuchados, cuando sienten que sus ideas importan y que sus maestros las desarrollan en lugar de simplemente encauzarlos hacia una respuesta muy específica, eso realmente facilita el aprendizaje”, dice Demszky. “Por eso, identificamos prácticas relacionadas con eso, como desarrollar ideas, hablar para apoyar la mentalidad, hacer preguntas que sondeen el pensamiento de los estudiantes y luego construimos algoritmos”. Stanford