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Los relojes de seguimiento deportivo provocan ansiedad, así lo podemos evitar

Dispositivos portátiles como los relojes o los anillos inteligentes pueden aportar datos muy valiosos sobre nuestra salud pero también pueden provocar ansiedad por las mediciones constantes. Los expertos buscan un equilibrio saludable en un mundo movido por los datos.

Desde el ritmo cardiaco hasta datos de sueño, los relojes deportivos están revolucionando el seguimiento de la salud pero ¿a qué coste?

La tecnología portátil es más popular que nunca. Desde relojes inteligentes hasta anillos de seguimiento de la salud, podemos monitorear constantemente nuestros patrones de sueño, frecuencia cardiaca e incluso niveles de oxígeno en la sangre. Si bien las investigaciones indican que estos dispositivos a menudo promueven una mayor actividad física y estilos de vida más saludables, puede haber un inconveniente cuando el flujo constante de datos se vuelve abrumador.

Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Heart Association encontró que usar rastreadores de actividad física para hacer un seguimiento de afecciones cardíacas como la fibrilación auricular (un latido cardíaco irregular) puede hacer que las personas se sientan más ansiedad por su salud.

«Si bien, en un principio, poder rastrear datos específicos puede ser motivadora para alcanzar metas, también puede causar una fijación u obsesión poco saludable», dice Kate Miskevics, terapeuta licenciada especializada en ansiedad, TOC y trastornos alimentarios.

Entonces, ¿cómo logramos un equilibrio en un mundo obsesionado con los números? Los expertos comparten cómo la tecnología portátil puede cambiar nuestra mentalidad y ofrecen consejos para manejar el estrés que puede traer.Cómo los rastreadores de actividad física pueden amplificar la ansiedad

«Cuanta más atención prestamos a algo, más entrenamos al cerebro para que se preocupe por ello», dice Joanna Hardis, especialista en ansiedad con sede en Ohio (Estados Unidos). Esto puede hacer que sea difícil romper el ciclo negativo de revisar compulsivamente su medidor de actividad física y preocuparse, dice Hardis.

Robert Goldel, neurocientífico y ex becario de innovación presidencial de la Casa Blanca que estudia la tecnología portátil, dice que los rastreadores de actividad física pueden provocar una «sobrecarga de datos», especialmente cuando los usuarios tienen dificultades para interpretar o administrar la información. De hecho, un estudio de 2019 de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) reveló que muchas personas confían en los datos del rastreador de actividad física como si fueran consejos médicos, lo que a menudo provoca miedo y ansiedad innecesarios.

«Tener este tipo de datos tan a mano puede ser difícil de ignorar cuando literalmente usamos dispositivos que nos notifican y sirven como recordatorios visuales durante todo el día», dice Miskevics.

Estrategias para combatir la ansiedad inducida por los wearables

A pesar de la tensión mental que pueden causar los aparatos inteligentes, su popularidad sigue aumentando. Según el Pew Research Center, casi uno de cada cinco adultos estadounidenses usa regularmente un reloj inteligente o un medidor de actividad física.

Afortunadamente, hay formas de controlar la ansiedad que estos dispositivos pueden desencadenar. Hardis aconseja empezar por replantearse cómo los utilizamos. Explica que entrenar para una carrera de 5 km es una cosa, pero hacer un seguimiento obsesivo de cada fluctuación de la frecuencia cardíaca es otra. Si tu reloj o anillo alimenta el miedo, es hora de reevaluar esa relación.

Miskevics recomienda ajustar la configuración de las notificaciones para reducir las distracciones y crear pausas sin tecnología. «Sabemos que elegir conscientemente pasar tiempo sin nuestros teléfonos y tener pausas tecnológicas nos permite ser más conscientes y sanos mentalmente», dice Miskevics. Con ese conocimiento, «tenemos que pensar en cómo estos aparatos podrían impedir estas pausas tecnológicas, ya que nos dan un acceso aún más fácil a nuestras vidas tecnológicas», añade.

Si te sorprendes revisando compulsivamente las métricas de salud de tu dispositivo, Hardis dice que la clave es ser consciente de ello para romper el hábito. No será fácil, dice, pero si no se vuelve a entrenar al cerebro para que deje de revisar los datos, la compulsión y la ansiedad se volverán más fuertes y persistentes.

Cuando la atención está secuestrada por la necesidad de verificar datos o preocuparse por un posible problema de salud, Hardis recomienda detenerse y «notar lo que ve, oye, huele y siente bajo sus pies». Esta práctica puede ayudar a entrenar el cerebro para mantenerse conectado a tierra en el presente en lugar de caer en una espiral de preocupaciones orientadas a la ansiedad.

¿Otra estrategia efectiva? Prioriza el descanso. «Refuerza a tu cerebro con un buen sueño», dice Goldel. En lugar de confiar en su dispositivo portátil para realizar un seguimiento de su descanso, sugiere una regla simple: «Si necesitas un reloj despertador, es probable que no estés durmiendo lo suficiente».

Goldel añade: «Presta atención a tu horario diario y planifica descansos para, literal y figuradamente, recuperar el aliento». Tómate cinco minutos sin tecnología para cerrar los ojos y respirar. «El descanso y la recuperación son procesos activos» que son partes esenciales de la vida, dice.

Si bien la tecnología portátil ofrece numerosos beneficios, encontrar un equilibrio entre la tecnología y la atención plena puede ayudarnos a aprovechar el poder de los dispositivos portátiles sin sacrificar nuestra salud mental, dice Miskevics. «Los datos son excelentes, necesarios y útiles. Pero tampoco queremos basarnos tanto en los datos que nos olvidemos de ser humanos», dice. NationalGeographic. T. N. Traducido al español

Fotografía de NastasicGetty Images

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